martes, 21 de junio de 2011

El ángel de la muerte





Un día como hoy, pero de 1985 fueron encontrados los restos de Josef Mengele, fallecido en Brasil seis años antes. Pero, ¿Quién es este hombre y por qué fue buscado tanto vivo como muerto?
            Para empezar, podría decirse que su apodo era “El ángel de la muerte” lo que parecería un eufemismo al conocer a fondo su biografía. Como todo médico se encargaba de mediar entre la vida y la muerte de las personas, aunque Mengele se inclinaba más por la segunda en pos de sus experimentos.
            Sus conocimientos en anatomía, cirugía, genética, entre otros, fueron utilizados para experimentar con seres humanos en el campo de concentración de Auschwitz, Polonia.
            Su tarea como médico se orientó más hacía el estudio genético racial que a la medicina curativa. Sin embargo tenía una postura muy marcada bastante tiempo antes de que Adolf Hitler entrara en escena. Mengele estaba convencido de la superioridad de la raza aria y cada día afirmaba más su odio hacía los judíos (entre otras personas “no arias”).
            La tarea que lo condujo a la “fama” como el ángel de la muerte fue la de estar junto a otros médicos en el anden cuando llegaban a Auschwitz los prisioneros en los trenes. Mengele debía seleccionar quienes eran aptos para trabajar, quienes útiles para la experimentación o bien quienes serían enviados a las cámaras de gas.
            Según cuentan los sobrevivientes, él indicaba con un gesto de la mano quién moría y quién vivía: a la derecha iban los ancianos, niños, mujeres embarazadas e incapacitados; a la izquierda iban las mujeres jóvenes y hombres de buen estado de salud. Los que quedaban en la fila de la derecha iban directamente a las cámaras de gas.
Muy pocas veces Mengele demostró humanitarismo respecto de alguno de los condenados, e incluso mató personalmente a algunos cautivos por desobedecer las reglas. Se mostró particularmente duro con aquellas internas que quedaban embarazadas de los guardias. Madre e hija (nacida o nonata) iban a la cámara de gas.
Muchas veces, en los vagones en que se traía a los condenados quedaban cadáveres de madres con sus hijos aún vivos en brazos. Mengele ordenaba lanzar esas criaturas directamente al horno de la lavandería, para que sirvieran de combustible.
En palabras del torturador y asesino, así justificaba su accionar: " Cuando nace un niño judío no sé qué hacer con él: no puedo dejar al bebé en libertad, pues no existen los judíos libres; no puedo permitirles que vivan en el campamento, pues no contamos con las instalaciones que permitan su normal desarrollo; no sería humanitario enviarlo a los hornos sin permitir que la madre estuviera allí para presenciar su muerte. Por eso, envío juntos a la madre y a la criatura."


Prácticamente todos los experimentos de Mengele carecían de valor científico, pero fueron financiados por el gobierno nazi. Incluyeron, por ejemplo, intentos de cambiar el color de los ojos mediante la inyección de sustancias químicas en los ojos de niños, amputaciones diversas y otras cirugías brutales y, documentado al menos en una ocasión, un intento de crear siameses artificialmente mediante la unión de venas de hermanos gemelos (la operación fue un fracaso y el único resultado fue que las manos de los niños se infectaron gravemente). Las personas objeto de los experimentos de Mengele, en caso de sobrevivir, fueron casi siempre asesinados para su posterior disección.
El fin de la guerra se avecinaba y Mengele aprovechó que no era de los más buscados entre sus pares y logró huir. Vivió en Paraguay (ayudado por el mismo presidente de ese país Alfredo Stroessner) y también en Argentina (se inscribió en la guía telefónica de Buenos Aires con su nombre verdadero) así como se casó en Uruguay.
A pesar de los esfuerzos internacionales por encontrarlo, jamás fue detenido y vivió impunemente durante 35 años bajo diversas identidades falsas.
Ya por el año 1979 no estaba bien de salud. Sin embargo su muerte ocurrió de una forma extraña. Estaba refrescándose en una playa de San Pablo (Brasil) y a una distancia de 100 metros dentro del mar se ahogó. Se especuló con que pudieron ser desde calambres, ataque cardíaco, mareos, etc. hasta muerte provocada. La versión oficial es que "se golpeó con una madera mientras nadaba en una playa llamada Bertioga y se ahogó"
Fue enterrado con un nombre falso y en la sola presencia de su único hijo. Seis años después, en 1985, sus restos fueron exhumados e identificados. En 1992 los análisis de ADN confirmaron su identidad.
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1 comentario:

Katia Glasman dijo...

Dentro de tanta masacre y sufrimiento del que ya somos concientes, estos personajes nos demuestran que siempre hubo mas dolor del que somos capaces de comprender, dentro de lo que fue el Holocausto.
Muy buena la nota, un personaje que inspira odio y intriga. Muy interesante.