domingo, 26 de junio de 2011

Mujeres al frente




Un día como hoy pero de 1971 Amanda Peralta de Diéguez, Ana María Solari, Ana María Papiol y Lidia Malamud de Aguirre, sindicadas como guerrilleras, se fugan de la cárcel porteña de mujeres.
            Las organizaciones armadas coparon el Convento de monjas del Buen Pastor de San Telmo Buenos Aires, el 26 de junio de 1971 y liberaron a cuatro presas políticas. Los montoneros  y quien fue posteriormente el “Pepe” jefe N1 Montonero Mario Firmenich, participaron en la liberación de las cuatro prisioneras.   
Solo había una líder, un cuadro político de nivel y responsabilidad: “La negra” Amanda Peralta. La única mujer capturada en Taco Ralo durante el primer intento de formar una guerrilla rural en Argentina el 19 de septiembre de 1968.
La monja directora del convento que funcionaba como cárcel correccional de mujeres, trató de evitar la huída producida por las cuatro detenidas de entre 27 y 32 años de edad.
Venían tramando la fuga junto con las organizaciones armadas que servirían de contención fuera de los muros. Las cuatro debían reducir a la directora y sacarle la llave del portón, pero la monja se resistió y no pudieron arrebatarle el manojo de llaves hasta que esta lo arrojó a un agujero del desagüe. La lucha no cesaba y el tiempo les jugaba una mala pasada, las estaban esperando afuera de los muros con autos y fierros. De repente “aparecieron” un par de pistolas en manos de “Amanda”, jefa de las reclusas y esta disparó a la cerradura, se abrió el portón y se desató un tiroteo.
Unos instantes antes, Gustavo, un estudiante de sociología que formaba parte del equipo de apoyo, se apostó frente a la puerta mientras un abogado de las presas mostraba su credencial para que les abrieran. Al verlos entrar y desarmar a los guardias, la monja “Domarina” arrojó las llaves al desagüe. Afuera había cuatro guerrilleros con autos que debían recoger a las detenidas. Gustavo abrió fuego contra la puerta, para impedir que salieran los guardias. Mataron a uno de los guerrilleros desde la guardia, el militante Bruno Cambareri.
Arrancaron a toda velocidad y se perdieron zigzagueantes por la ciudad de Buenos Aires. Salieron victoriosas de la fuga, que fue muy mencionada en los medios de aquel entonces. Las monjas decidieron que no querían más presas políticas a su cargo porque siempre se les fugaba alguna.

¿Quién es “La Negra” Amanda Peralta?




Es la primera mujer guerrillera de la Argentina, aunque renunció expresamente a la lucha armada luego de que el justicialista HéctorCámpora asumiera la Presidencia en 1973.
Por su parte fue una de las fundadoras de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), falleció el 2 de enero de 2009 a los 69 años en Gotemburgo, Suecia, donde residía desde 1977, víctima del agravamiento de un enfisema pulmonar.
La "Negra", como todos la llamaban, formó parte -era la única mujer- del efímero foco guerrillero de las FAP en la localidad de Taco Ralo, provincia de Tucumán, que fue desarticulado fácilmente por la Policía el 16 de septiembre de 1968, apenas dos semanas después de instalado.
De todas formas, si bien desde el punto de vista militar resultó un fiasco -ya que los guerrilleros hasta ese momento se habían limitado a hacer entrenamiento físico-, la sola existencia de una guerrilla rural que se declaraba peronista y remedaba las experiencias de la Revolución Cubana y del Che Guevara en Bolivia, causó honda impresión. Era una mezcla hasta entonces inédita.
Luego de la fuga del convento de San Telmo y de la salida de la cárcel de su compañero Verdinelli, bajo la amnistía dictada por Cámpora en 1973, decidió realizar un cambio en su vida.
Dejó a un lado la lucha armada para crear una agrupación de masas, el Peronismo de Base, hasta que, acosados por las amenazas de la Triple A y los grupos paraestatales, en 1975 abandonaron definitivamente la militancia. 
Tras el golpe de 1976, Amanda y su compañero partieron al exilio en Suecia, luego de una breve estadía en Brasil. La "Negra" se doctoró en Historia de las Ideas Políticas en la Universidad de Gotemburgo, donde fue profesora hasta su jubilación y se dedicó a la investigación de los procesos políticos de los países post coloniales. Hace una década que se separó de Verdinelli, su compañero de toda la vida, con quien tuvo dos hijos. Es en Suecia donde falleció hace dos años. 



1 comentario:

oscar balestieri dijo...

este relato no es muy real, los hechos fueron diferentees, estan relatados en varios libros, recomiendo documentarse mejor