viernes, 24 de junio de 2011

Historias de ayer y de hoy

Ya pasaron 99 años de aquél grito que inició una revolución, una de las primeras huelgas a las que ahora ya estamos acostumbrados. El Grito de Alcorta fue la rebelión agraria de arrendatarios rurales que sacudió a la provincia de Santa Fe y resonó por toda la región pampeana. Una revuelta que marcó la irrupción de los chacareros en la política nacional del siglo XX, dando origen a su organización gremial representativa, la Federación Agraria Argentina, que en nuestros días es tan polémica. El detonante del Grito de Alcorta fue la formidable cosecha de 1912, en la que los chacareros  comprobaron que luego de pagar las deudas nada quedaba para ellos.
El proceso que desembocó en el Grito de Alcorta fue muy complejo, la mayoría de los arrendatarios y medieros eran extranjeros, y en el campo primaba el individualismo y la desconfianza, lo que dificultaba la organización gremial. A su vez la Ley de Residencia, que permitía la deportación de extranjeros, causaba mucho temor. A pesar de esto, a principios de 1912 los chacareros organizaron sus primeras reuniones, ayudados por los sindicatos de estibadores y oficios varios, los Centros de Estudios Sociales dirigidos por los anarquistas y los braceros, que tenían una gran tradición de lucha.


El 25 de junio de 1912 se realizó una asamblea en la Sociedad Italiana de Alcorta, participaron alrededor de 300 agricultores y entre manifestaciones combativas se declaró la huelga por tiempo indeterminado, hasta conseguir:
1) rebaja general de los arrendamientos y aparcerías
2) entregar en las aparcerías el producto en parva o troje
3) contratos por un plazo mínimo de 4 años
La convocatoria había surgido de los campesinos de Alcorta, encabezados por Francisco Bulzani y el abogado Francisco Netri, que tuvo un papel destacado en la asamblea y fue quien enfatizó que los chacareros debían “constituir su organización gremial autónoma”. A medida que se avanzó en la huelga, su estructura prosperaba y tomó fuerza la idea de constituir una organización central de chacareros. Fue así como el en agosto de ese mismo año, en la Sociedad Italiana de Rosario, se fundó la Federación Agraria Argentina.
La respuesta de los terratenientes y las fuerzas represivas no tardaron en responder de manera violenta, así los huelguistas tuvieron sus primeras víctimas. En un acto realizado en la localidad de Firmat fueron asesinados los dirigentes agrarios anarquistas Francisco Mena y Eduardo Barros, mientras en la ciudad de Rosario era fusilado Francisco Netri.
El Grito de Alcorta, si bien no modificó la estructura agraria, favoreció el surgimiento de organizaciones campesinas en otros lugares del país y por primera vez en la Argentina se enarboló el principio de que “...la tierra debe pertenecer en propiedad del que la trabaja...”
Un siglo después poco cambió. Hoy, como en 1912, el campo vuelve a ser protagonista de un conflicto que los une, como nunca antes, en su lucha contra un enemigo común: antes los propietarios, hoy el Gobierno. Durante la polémica resolución 125 el eco de aquél grito de Alcorta se escuchaba a lo lejos queriendo volver a resonar. 

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